La amistad es como una carta de tés (o como una caja de bombones, que diría Forrest Gump) la hay de mil formas y sabores. Existen amigos de los de toda la vida, otros a los que acabas de conocer. Hay también compañeros de trabajo que son amigos al mismo tiempo. Amigos a los que ves todos los días. Otros de los que sólo disfrutas en vacaciones y hay también amigos a los que jamás has visto, con los que nunca has compartido un mismo espacio físico, de los que es posible que ni siquiera conozcas su voz... Pero que de repente, un día, se convierten en AMIGOS con mayúsculas. A los que quieres; por los que te preocupas; de los que notas su ausencia aunque, que curioso, nunca hayas tenido su presencia. Todo esto es para mi Esmeralda, mi Esmeralda bonita. Aunque nunca hemos compartido un café ni unas galletitas de chocolate y fresa; Aunque nunca nos hemos tomado juntas un buen trozo de tarta de queso...ella es mi AMIGA, mi amiga bonita. Todo en ella es bondad, generosidad, cariño y dulzura. Cada vez que me deja uno de sus lindos comentarios mi corazón se llena de alegría y es entonces cuando me doy cuenta que la amistad no entiende de edades (pues yo podría ser su mami) ni de fronteras (pues un océano nos separa). La amistad es eso que sucede cuando dos personas conectan y se quieren aún sin conocerse. A mi Esmeralda no le gusta estar quieta, necesita moverse y por eso mismo ha decidido organizar un sorteo. Lo hace porque sí, porque le apetece y porque es así de generosa. Además, no exige demasiado, tan sólo una receta que esté elaborada con algunos de sus ingredientes favoritos. Yo me he decantado por las fresas y si hay alguien en la blogosfera que es la reina indiscutible de los postres con esta deliciosa fruta es ella misma así que sin dudarlo ni un momento preparé una de sus magníficas recetas: esta panna cotta de fresas que hoy comparto con ella. Para ti, mi Esmeralda bonita es esta entrada de hoy a la que adjunto miles de besicos. Te quiero mi mexicanita linda.
Ingredientes:
- 150 mililitros de nata para montar.
- 65 mililitros de leche.
- 200 gramos de fresas.
- 80 gramos de azúcar.
- 3 hojas y media de gelatina.
Para acompañar:
- Fresas.
- Chocolate de cobertura blanco y negro.
Elaboración:
Hacemos puré los 200 gramos de fresas.
Ponemos al fuego la nata, la leche y el azúcar. Cuando el azúcar se haya disuelto le añadimos el puré de fresas.
Cuando la mezcla esté caliente añadimos la gelatina que previamente habremos hidratado. Removemos para que se disuelva.
Vertemos la mezcla en moldes de silicona y cuando haya enfriado lo ponemos en la nevera hasta que cuaje (mejor de un día para otro).
Para preparar los bocaditos de fresa lavamos bien las fresas, conservando el rabito. Las pinchamos en un palillo y las rebañamos en chocolate fundido.
Una vez bien bañadas las ponemos en un vasito para que endurezcan y luego las guardamos en el frigo.
En menos de una horita las fresas estarán listas.
Un bocado delicioso para acompañar una panna cotta aún más deliciosa.