Hoy os traigo una receta sencilla a más no poder, ligera y que encima está deliciosa...y sí, soy consciente de que estos son días de arroz con leche y torrijas pero esta falsa pavlova nos ha gustado tanto en casa que no he podido esperar a que pase Semana Santa para compartirla con vosotros. Lo primero que me atrajo de ella fue su nombre que me pareció precioso, eso, sumado a que es una receta Nigella Lawson (una cocinera que me encanta)y que en mi nevera tenía sobreproducción de huevos me llevó a tomar la decisión de probarla y el resultado fue estupendo. Espero que os guste.
Ingredientes:
6 claras de huevo.
Un pellizco de sal.
250 gramos de azúcar más 3 cucharadas más.
200 mililitros de nata para montar.
2 cucharadas de queso crema (tipo Philadelphia).
Moras, frambuesas, fresas...o cualquier fruto rojo.
2 cucharadas soperas de mermelada de frambuesa.
Elaboración:
Comenzamos por precalentar el horno a 250º. Mientras tanto montamos las claras junto con la pizca de sal. Cuando estén firmes añadimos los 250 gramos de azúcar y seguimos batiendo hasta obtener un merengue muy duro. Extendemos el merengue sobre la bandeja de horno (mejor sobre un papel de hornear). Lo introducimos en el horno y lo apagamos inmediatamente dejándo nuestro pastel OLVIDADO dentro de él durante toda la noche. Está prohibido, prohibidísimo abrir ¡ni un poquito para mirar!
A la mañana siguiente lo sacamos del horno y lo cortamos en porciones. Habrá quedado con una cortecita por fuera pero blandito y delicioso por dentro.
Batimos la nata con las tres cucharadas de azúcar y el queso crema hasta que esté bien montada y la repartimos sobre cada una de las porciones. (Lo ideal es montar el postre en el momento de servir).
Finalmente ponemos obre la nata un buen puñado de frutos rojos que habremos mezclado con la mermelada.
Y listo, ya sólo nos queda disfrutar de su delicioso sabor.