Con lo mucho que nos gustan en casa las torrijas este año casi se nos pasa la Semana Santa sin probarlas. Como no hemos abusado de ellas hoy he decidido prepararlas doblemente pecaminosas, y las he cubierto de una capa de rica crema de yema, espolvoreada con azúcar moreno y caramelizada después ¡una delicia! Tanto nos han gustado que estoy segura que no esperaremos hasta el año que viene para volver a degustarlas. Espero que os gusten.
Ingredientes:
Para la crema de yema:
5 huevos.
210 gramos de azúcar.
60 gramos de agua.
Para las torrijas:
Una barra de pan de leche del día anterior.
Leche.
Huevo batido.
Dos cucharadas de preparado para hacer flan.
Aceite de oliva suave.
Elaboración:
Comenzamos preparando la crema de yema. Para ello batimos los huevos enteros. Mientras se baten colocamos en un cazo el agua y el azúcar, sin remover en ningún momento. Cuando adquiera el punto de almíbar flojo lo vamos añadiendo en forma de hilo sobre los huevos batidos (sin dejar de remover para evitar que se cuaje). Pasamos por un colador y llevamos al fuego hasta que espese. Reservamos. Con la crema ya lista comenzamos a preparar las torrijas. Cortamos el pan en rebanadas que no sean muy finas.
Las bañamos en abundante leche en la que habremos disuelto dos cucharadas de preparado de flan y otras dos de azúcar. Seguidamente las pasamos por huevo batido.
Las freimos en abundante aceite de oliva y una vez fritas las colocamos sobre papel absorbente.
Añadimos una capa de crema de yema sobre cada torrija.
Espolvoreamos con azúcar moreno y quemamos con el soplete o la pala al rojo vivo.
Y listas para degustar.