Los ochíos son una de las muchas delicias de la gastronomía jienense, más concretamente de Úbeda, una ciudad patrimonio de la humanidad que, junto a Baeza, os recomiendo visitar si tenéis la oportunidad. Nosotros estuvimos hace unos años y de verdad que quedamos totalmente impactados por la belleza del lugar y, como no, por lo maravilloso que es darse el gusto de "tapear" por los numerosos bares de ambas ciudades. Aunque todo lo que en ellos se ofrece es un placer para el paladar a mi me gustaron especialmente los ochíos, una especie de panecillos de aceite de oliva (si es virgen extra mejor que mejor) pincelados con pimentón y espolvoreados con sal gorda que se pueden tomar solos o rellenos (lo típicos es acompañarlos de morcilla de caldero). Otra de las maravillas de este lugar, para los amantes de las dulcerías como yo, es la cantidad de conventos en los que se pueden adquirir las especialidades preparadas por las monjitas. No sé a vosotros pero a mi me encanta ese breve momento de espera que pasas delante de el torno mientras este está girando con tus dulces ya puesto en él. El caso es que como os decía, nosotros visitamos la zona hace un par de años y nos gustó tanto que el pasado puente de Diciembre Rebeca decidió volver, como siempre vino con un montón de regalitos (que os enseño al final de esta entrada) y con la receta de los ochíos que hoy comparto con vosotros. Espero que os gusten.
Ingredientes:
- 550 gramos de harina.
- 1 huevo.
- 1 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de azúcar.
- 20 gramos de levadura prensada.
- 250 gramos de agua templada.
- 125 gramos de aceite de oliva virgen extra.
- Pimentón, aceite y sal gruesa para pincelar.
- Para el relleno yo usé morcilla de cebolla de carneentucasa.com)
Elaboración:
Comenzamos preparando el fermento. Para ello colocamos en un bol 100 gramos de harina y le agregamos 70 gramos de agua templada en la que habremos disuelto el azúcar y la levadura. Amasamos bien, tapamos con un papel film y la dejamos reposar hasta que casi doble su volumen.
En la cubeta de la panificadora colocamos los ingredientes en este orden: el agua templada restante (180 gramos), el aceite de oliva virgen extra, el fermento, la harina y la sal y elegimos el programa de amasado. Si no tenemos panificadora amasamos a mano y listo.
Al finalizar el programa de amasado, retiramos la masa y la colocamos en un bol con un poquito de aceite de oliva, volvemos a tapar con papel film y dejamos levar de nuevo.
Transcurrido el tiempo de levado colocamos la masa sobre una superficie enharinada y la presionamos para quitarle el aire. Vamos haciendo bolitas de unos 50 gramos y dejamos reposar de nuevo.
Tras este último levado pincelamos nuestros ochíos con una mezcla de aceite de oliva y pimentón a partes iguales. Una vez bien pincelados los espolvoreamos con sal gorda.
Horneamos los ochíos a 190 grados hasta que estén listos. A mitad de horneado pueden taparse con un papel para evitar que se queme el pimentón. Y listos para disfrutar. Os recomiendo probarlos con morcilla y acompañados de un buen vino porque quedan riquísimos.
Cuando os decía al principio que Rebeca me trajo un montón de regalitos no os engañaba, mirad todas las cosicas ricas con la que volvió mi niña.
Mirad que bonita Baeza, bajo la lluvia, con la fuente de Santa María y la catedral al fondo...parece que en cualquier momento aparecerá un caballero medieval buscando cobijo.
Y Úbeda, también en una noche lluviosa que resaltaba si cabe aún más la belleza de estas piedras centenarias.
Y como todo buen bocado necesita de un buen trago, en casa hemos acompañados nuestros ochíos con un maravilloso tinto Cepas Viejas, el caldo más emblemático de Dominio de Tares. Dominio de Tares es una bodega ubicada en el Bierzo Alto que se ha convertido en una referencia para el sector vitivinícola.
Para la elaboración de esta receta he utilizado una morcilla de cebolla de carneentucasa.com , una web en la que pueden adquirirse productos de alta calidad ya que se trata de una empresa de productores integrales; es decir, que cubren todo el proceso de producción. En Carn Nature tienen una línea de producción sistemática con carnes preparadas para su cocinado y consumo; otra en la que se trabaja la carne al gusto del cliente; y una tercera de embutidos frescos.