Si sois de los que os gusten los bizcochos de textura húmeda y corteza crujiente, podéis dejar de buscar porque os traigo el bizcocho de vuestros sueños. Una verdadera delicia con un toque de manzana, caramelo y chocolate que lo convierte en irresistible y que hace muy muy difícil comer sólo un trozo. Es ideal para el desayuno o la merienda y, lo mejor de todo, aguanta varios días como si estuviese recién horneado...siempre y cuando podáis aguantar la tentación de no zampároslo el primer día jajaja. Espero que os guste. Fuente de la receta: Adaptado de Julia y sus recetas
Ingredientes:
2 huevos
125 gramos de yogur griego natural.
125 gramos de aceite de girasol.
375 gramos de harina.
12 gramos de levadura en polvo.
Esencia de vainilla (opcional)
100 gramos de pepitas de chocolate.
3 manzanas no muy grandes.
120 gramos de azúcar para el caramelo.
Unas gotas de limón.
Elaboración:
Preparamos un caramelo fundiendo al fuego el azúcar con unas gotas de limón. Cuando esté listo lo vertemos sobre un molde unos 22 centímetros, colocamos sobre él una de las manzanas cortada a láminas y reservamos.
Preparamos la masa. Para ello batimos los huevos con el azúcar y cuando hayan blanqueado añadimos el aceite, el yogur, la vainilla y la harina tamizada junto a la levadura.
Agregamos las manzanas restantes muy finamente picadas.
Incorporamos por último las pepitas de chocolate y vertemos la mezcla sobre el molde caramelizado que habíamos reservado.
Horneamos a 180 grados durante unos 50 minutos (el tiempo, como siempre, dependerá de cada horno). Desmoldamos cuando aún esté tibio para evitar que el caramelo se solidifique. Y listo.
