Las flechas son la versión rápida de las típicas cuñas de chocolate que en la niñez de muchas personas formaron parte de las meriendas tradicionales al salir del cole. La principal diferencia en cuanto a la forma de prepararlas, al menos en mi casa, reside en la masa que las acompaña. En el caso de la cuña suele necesitar de al menos dos levados, mientras que para la flecha nos sirve cualquier bizcocho suave al que normalmente se le suele dar un baño de almíbar. Yo hasta ahora las hacía siempre así, pero desde que descubrí los bizcochos marroquíes me salto el paso de calarlas con almíbar. La razón es que el propio bizcocho ya tiene una textura tan húmeda y deliciosa que no requiere añadir nada más. Espero que os guste.
Ingredientes:
Un bizcocho marroquí (Receta AQUÍ)
Para la crema pastelera:
500 mililitros de leche.
115 gramos de azúcar.
3 yemas.
40 gramos de maicena
Una rama de canela
Para la cobertura de chocolate:
200 gramos de chocolate negro.
200 gramos de azúcar.
100 mililitros de agua.
Elaboración:
Comenzamos preparando el bizcocho marroquí. Lo ideal es hacerlo con un día de antelación. Lo cortamos en dos discos y reservamos mientras preparamos la crema pastelera de relleno. Colocamos en un cazo la leche (reservando medio vasito), el azúcar y la rama de canela y dejamos que hierva.
Batimos las yemas de huevo junto a la maicena que previamente habremos disuelto en el medio vaso de leche fría que teníamos reservada. Cuando esté bien mezclado añadimos, sin dejar de batir, la leche que habíamos hervido junto al azúcar (debe estar templada).
Pasamos la mezcla por un colador y lo volvemos a poner al fuego hasta que espese. Una vez lista nuestra crema y aún caliente rellenamos con ella el bizcocho.
Cubrimos con el otro disco de chocolate y vertemos por encima la cobertura de chocolate. Para preparar la cobertura ponemos en un cazo el agua y el azúcar. Cuando el azúcar se haya disuelto por completo y tengamos un almíbar ligero, vertemos el chocolate picado y mezclamos bien.
Esperamos a que endurezca la cobertura y cortamos las porciones antes de servir. Lo ideal, para que no se agriete el chocolate es hacerlo con un cuchillo bien caliente.