En Águilas ya estamos en modo Carnaval (y este año más que nunca ya que nuestras fiestas han sido reconocidas con la Declaración de Interés Turístico Internacional) y como no podía ser de otra manera mi blog también se ha puesto su máscara para disfrutar de las fechas; así que desde hoy comienza la etapa de recetas carnavaleras y que mejor forma de empezar que con estos gusanillos que además, para mi, representan esas recetas de "cariño en cadena" que tanto me gusta hacer. La razón es muy sencilla la receta original es de María de Una pincelada en la cocina, una cocinera de diez y una persona maravillosa a la que sigo desde que comencé en este mundillo, y hace un par de días se la vi a mi María José de Cocinando para ellos. María José es para mi una amiga con mayúsculas. Lo que comenzó con visitas mutuas a nuestros blogs continuó con largas conversaciones telefónicas y el pasado verano, por fin, pudimos darnos un fuerte abrazo. Compartimos mesa y mantel, conversación, confidencias y muchísimo cariño. Este verano por fin pudimos conocernos cuando mi amiga y su marido cruzaron España de punta a punta para poder pasar un día juntas. Sé que siempre me repito con lo mismo, pero, si dudarlo, si tuviese que elegir una sola cosa de las muchas que me ha dado el blog sería el haber podido conocer a personas tan maravillosas como ella. Y ahora vamos con la recetica que, os prometo, es deliciosa. Espero que os guste.
Ingredientes:
500 gramos de harina de trigo.
60 gramos de azúcar.
Una cucharadita de azúcar avainillado.
Media cucharadita de sal.
Media cucharadita escasa de levadura en polvo.
130 mililitros de aceite de girasol o de oliva suave.
1 huevo grande.
140 mililitros de agua.
Para el baño:
100 gramos de azúcar.
50 mililitros de agua.
2 cucharadas de anís dulce.
Aceite de girasol o de oliva suave para freir.
Elaboración:
En un bol mezclamos bien la harina, la sal, la levadura, el azúcar y el azúcar avainillado. Hacemos un hueco en el centro y vertemos el agua, el anís y el huevo batido.
Amasamos muy bien (durante al menos cinco minutos) hasta lograr una masa muy elástica y que no se pegue a las manos. La tapamos con un trapo y la dejamos reposar diez minutos.
Tomamos porciones de unos 14 gramos y les damos forma redondeada.
Ahora viene lo chulo. Ponemos la bolita encima de un peine (sin usar, se entiende). Aplanamos la masa y la estiramos sobre toda la superficie del peine. A continuación rodamos la masa muy suavemente (como si liásemos un cigarro) humedeciendo el extremo con un poquito de agua para que la masa quede bien sellada.
A continuación freímos nuestros gusanillos en aceite de girasol o de oliva suave hasta que estén bien dorados.
Una vez fritos los pasamos a un papel absorbente. Cuando estén todos fritos procedemos a preparar el almíbar: ponemos a hervir el agua junto al azúcar y el almíbar hasta que esté espeso y con muchas burbujitas. Bañamos en este almíbar cada uno de nuestros gusanillos y colocamos en una rejilla para que escurra el exceso.
Y ya tenemos listo nuestros deliciosos gusanillos de Carnaval. Os aseguro que es una delicia. Mirad como se aprecia en el corte las capas del enrollado.