Esta entrada es de agradecimiento. Un enorme agradecimiento para todos los que durante esta semana me habéis estado apoyando. Pero este concurso se ha convertido en una competición entre dos concursantes para ver quien es más ágil y veloz a la hora de usar Twitter y no, no estoy dispuesta a que por mi seáis cómplices de lo que,en mi opinión, no es una competición limpia. (La entrada es larga pero os pido que la leáis para entender mis razones)
En este concurso los votos podían llegar, mayoritariamente, de dos maneras:
-Una de ellas era pinchando esa estrella que tanto os he pedido. A través de este método no hay trampa posible: cada persona puede votar una sólo vez al día (sumando así una estrella) y yo me voy con 1189. Sí, 1189 estrellas que todos vosotros me habéis dado día a día y que nos dejan muy por encima del resto de participantes.
-La otra opción es Twitter. Y es aquí donde se están cometiendo irregularidades a base de bien. ¿Y cómo me di cuenta? Mi sobrina fue la que se percató, le resultó muy extraño que las dos primeras participantes se alternasen el puesto de cabeza en cuestión de horas y todo ello a base de tuit. La razón era muy sencilla: Si una misma persona escribe 1.000 tuit o retuit diarios (y no es un ejemplo si algo que ha ocurrido) su puntuación sube 1.000 puntos inmediatos. Y lo sé porque mi hija y mi sobrina, movidas por la impulsividad que de la juventud, al ver este juego sucio que se estaba llevando a cabo entre dos concursantes también quisieron hacer la prueba: escribieron 150 tuit y me dieron 150 puntos.
En el mismo momento que me enteré lo puse en conocimiento de la organización que durante mucho tiempo negó la situación. Al final, logré dar con una persona que me escuchó, reconocieron las irregularidades y eliminaron la puntuación a través de hastag pero no los puntos fraudulentos acumulados a través de tuit enviados de forma compulsiva desde una misma cuenta.
Lo más triste de esto, para mi, ha sido que parte de lo que considero juego sucio haya venido de alguien a quien realmente apreciaba. Puede llegar a entender que el premio es muy goloso pero creo que siempre hay cosas que importan más que eso.
Como ya os digo yo me bajo aquí. Abandono este concurso con 1189 estrellas, muy por encima del resto y no olvidéis que esas estrellas son votos reales, de los que no se pueden inflar y de los que sólo se admiten uno al día. Así que por esa razón ya me siento ganadora. Por eso y por no haber entrado en un juego poco ético en el que si hubiese querido hubiese podido entrar también pero ¿de qué me valdría entonces vuestro apoyo? ¿Para que pediros que me votéis si yo misma pudo darme esos votos a través de Twitter?
Me marcho dando las gracias a todos los blogueros que me habéis apoyado (echaré de menos esos whatassp con forma de dedito hacía arriba que día tras día me habéis enviado aún cuando yo no os pedía el voto y ver como compartíais en vuestros muros el concurso); miles de gracias también a ese maravilloso grupo de "Tu no eres de Águilas..." por vuestro apoyo incondicional; a los clientes de la cafetería que durante esta semana, antes de decir buenos días, me soltaban un "María, acabo de votar y vamos subiendo"; a mis compañeros de trabajo; a las Guerreras; a los peregrinos; los polis; a mis amigos; a los amigos de mis amigos; y a mi familia. Mil gracias por vuestro apoyo. Nos marchamos siendo los primeros en cuanto a estrellas conseguidas (1189). Gracias a vosotros.